La radiofrecuencia proporciona resultados a largo plazo, disminuyendo visiblemente los signos de la edad sobre la piel del rostro, mejorando en luminosidad y belleza natural.
En Clínica Biyó trabajamos con la última tecnología, complementando dicha técnica con la radiofrecuencia facial y corporal. En este caso, conseguimos aumentar la firmeza de la piel a su estado original, dejando atrás la antiestética celulitis que estropea la silueta femenina. Su acción drenante se observa en su totalidad en la región de los muslos y cadera, rejuveneciendo el aspecto del tejido.
Pero volvamos al punto previo. ¿Cómo se consigue recuperar las fibras de colágeno y elastina de la piel a través de la radiofrecuencia?
La ecografía: paso previo en la radiofrecuencia
Antes de nada, una de las ventajas de nuestro trabajo que garantiza el mejor resultado posible, radica en la realización de un estudio ecográfico completo, para evaluar el estado actual de la piel, así como la densidad y calidad de fibras que la componen.
Si el estudio arroja datos positivos, podremos saber con más seguridad si el tratamiento surtirá el efecto que buscamos.
Muchos pacientes temen que la radiofrecuencia sea una técnica dolorosa. Y nada más lejos de la realidad.
Ejemplo de sesión de radiofrecuencia
En Clínica Biyó realizamos el tratamiento con una máquina de última generación, que dispone de un cabezal tipo roll-on que se desplaza con total suavidad sobre la superficie corporal. Las regiones a tratar se calientan hasta alcanzar una temperatura de 41ºC.
La sesión no es para nada molesta, incluso muchos la describen como relajante y placentera. El tiempo total no suele superar los 50 minutos, y tras el tratamiento, es posible que el paciente sienta cierta tensión o calor en la zona, que irá disminuyendo al poco.
De esta forma, la radiofrecuencia permite alcanzar el grado de firmeza cutánea que se tenía previamente, ofreciendo una imagen más joven y espléndida.
Puede consultar más información acerca de nuestro tratamiento personalizado en nuestra web.
