Peelings químicos faciales
¿Por qué envejece nuestra piel y empeora su aspecto? Con nuestra piel expuesta de forma continua a agresiones externas, sobre todo en las épocas estival e invernal, la calidad de la misma y su aspecto se ven comprometidos de forma notable, apareciendo, después de estas épocas, apagada y falta de nutrientes. El peeling químico facial viene a solucionar esto.
Este aspecto se hace patente sobre todo, a nivel de las zonas expuestas al sol de forma continua, como son las regiones facial, del cuello, del escote y del dorso de antebrazos y manos. También pueden unirse lesiones previas como melasmas, cicatrices de acné, léntigos solares, etc.
La imagen de piel envejecida suele manifestarse por cambios de coloración, localizados o generalizados, sensación de sequedad, coloración cetrina generalizada y aparición de arrugas finas dispersas. Para el tratamiento de todas estas lesiones tan diversas existe una batería muy amplia de técnicas estéticas que ofrecen unos resultados óptimos para su resolución. Y entre todas estas técnicas, un pilar básico lo constituyen los peelings químicos.
Preguntas más frecuentes sobre las técnicas de Peeling Químicos Faciales
Los peelings químicos, usados desde hace varias décadas para este tipo de tratamientos, no son más que una serie de combinaciones de ácidos (generalmente) y algún que otro compuesto con demostrada eficacia para algún tipo concreto de lesión, que se aplican sobre la piel y producen en ella una quemadura controlada, más o menos profunda, que elimina la lesión de la piel de forma radical (en una sola sesión) o progresiva (en varias sesiones espaciadas en el tiempo).
Con el paso de las décadas la efectividad de los peelings químicos faciales se ha ido mejorando, al igual que se ha ido reduciendo el tiempo durante el que los pacientes tienen que interrumpir su vida cotidiana por los efectos de dichos peelings. Hoy en día, salvo en el caso de los peelings más agresivos (para las lesiones epidérmicas de mayor entidad), los pacientes pueden continuar con normalidad su vida diaria.
Además, se ha ampliado el margen de seguridad de los mismos, para la tranquilidad del propio paciente como del profesional médico.
En los primeros peelings químicos faciales se hacía necesaria su neutralización con sustancias químicas específicas pasado cierto tiempo desde su aplicación, y con muy poco margen de error, mientras que casi el 100% de los que se utilizan en la actualidad se neutralizan directamente con la aplicación abundante de agua.
Como ya se ha dicho antes, el abanico es muy amplio, y abarca gran cantidad y tipos distintos de combinaciones de ácidos, capaces de abordar cada uno de los problemas presentes en la piel.
Desde los más inespecíficos, que tienen la función de regeneración epidérmica completa y que dan como resultado un aumento de la luminosidad epidérmica, hasta los más específicos, pensados para problemas muy puntuales como son los melasmas, las marcas cicatriciales de acné, la rosácea, etc.
En principio no es necesaria ninguna preparación previa por parte del paciente. Es un tratamiento realizado en cabina y la duración de la aplicación suele ser de unos 15 a 20 minutos, como máximo.
En ningún caso la aplicación de un peeling de potencia media o baja es de carácter doloroso o molesto para el paciente. Solo suele notarse una ligera sensación de picor leve o moderado que suele durar los primeros minutos y que desaparece antes de que la paciente abandone la consulta.
Una vez la paciente ha retirado el peeling con agua, transcurridas las horas protocolizadas en cada uno de los casos, el único cuidado necesario es evitar maquillajes y cremas en las primeras 24-48 horas postpeeling, a partir de las cuales el paciente puede continuar con sus cuidados habituales, sus cremas hidratantes normales y la aplicación de maquillajes.
La descamación que producen los actuales peelings es muy discreta y suele comenzar a partir del 4º o 5º día postratamiento. Una vez se ha generalizado la descamación en las zonas tratadas, se aconseja la aplicación de alguna crema exfoliante suave para acelerar el proceso de descamación. Y a partir de ese momento la piel comienza a lucir con la mejoría que se buscaba antes del tratamiento.
La duración es variable, y depende tanto del tipo de lesión que estemos tratando, como del tipo de piel del paciente y de la fotoexposición a la que el paciente someta su piel de forma habitual. Con todo esto, los peelings químicos faciales en Alicante son tratamientos que no suponen un coste elevado y son perfectamente asumibles por la inmensa mayoría de los pacientes, de tal forma que se pueden repetir varias veces al año, a demanda del propio paciente o del consejo del profesional médico.
Si quiere mejorar el aspecto de su rostro o si tiene cualquier consulta en relación con la técnica de los peelings químicos faciales, no dude en concertar una visita sin compromiso o en consultarnos.
Recuerde que le podemos atender en Alicante o Torrevieja.