Tradicionalmente se ha extendido la errónea idea, que aquellos pacientes que optan por la cirugía plástica lo hacen como consecuencia a sus problemas de autoestima.
Muchos piensan que son personas inseguras que al no estar satisfechas de sí mismas, no hacen sino aumentar sus dudas acerca de su aspecto físico natural.
Sin embargo, la realidad es bien distinta y no tiene nada que ver con esto. La cirugía plástica no se asocia a problemas de autoestima ni a ningún perfil psicológico concreto. Esta modalidad de cirugía va enfocada a cubrir aquellas necesidades de aspecto físico que pueden llegar a ser necesarias para el paciente.
Por ejemplo, una persona que padece de orejas de soplillo puede requerir de homogeneizar su aspecto físico mejorando su perfil estético con una otoplastia, y no por ello sufrir ningún problema psicológico.
También hay mujeres que a causa del cáncer han padecido una extirpación de la mama. En este caso, la cirugía plástica se convierte en una herramienta imprescindible y necesaria, para devolver a la paciente el aspecto físico que antes del cáncer mostraba.
Ahora bien, puede ocurrir que por la naturaleza de su problema, el paciente llegue a creer que la cirugía plástica «no es para él». ¡Nada más lejos de la realidad!
El profesional cirujano encargado de la intervención deberá ser el responsable de apoyar y guiar al paciente en todo momento, para valorar los pros y contras derivados de la cirugía: conocer posibles riesgos secundarios que puedan generarse, si es necesaria y hasta qué grado.
Por ello, es imprescindible huir de clínicas o anuncios que se presentan bajo reclamos «low cost» y que pueden poner en riesgo la vida del paciente.
En la Clínica Biyó trabajamos siempre para ofrecer seguridad y confianza a todas aquellas personas que llevan años confiando en nosotros.
