A muchas pacientes les preocupa donde se situará la cicatriz en el aumento de pecho. Temen que la imagen de su escote pueda verse alterada o que en el futuro, ya no puedan disfrutar de esos baños de sol en la hamaca que tanto les agrada.
La sombra de la cicatriz siempre está presente y es uno de los miedos más importantes a la hora de someterse a una intervención.
Sin embargo, su situación no va a ser siempre la misma, y variará en función de las preferencias de la paciente, el tipo de intervención y el médico que la desarrolle.
Por un lado, para implantes de mayor tamaño que requieran de una mayor especialización a la hora de conseguir la simetría entre las dos mamas, la cicatriz situada en el pliegue inferior suele ser la opción prioritaria. A pesar de que puede llegar a ser visible cuando la mujer se tumbe, la cicatriz suele pasar inadvertida a la hora de visualizar un pecho, ya que la vista se centra en otras estructuras.
Por otro lado, hay quien decide colocar la cicatriz en el borde de la areola. En este caso, las posibilidades de introducir implantes de mayor tamaño se reduce, y por contra se aumenta el riesgo a padecer lesión glandular.
En el caso de la cicatriz se sitúe en el pliegue axilar o en la región del costado, tiene como ventaja el hecho de que no es visible si la paciente no levanta los brazos. Sin embargo, sus inconvenientes son importantes en el sentido de que es más complicado conseguir la simetría entre ambas mamas, existiendo la posibilidad del desplazamiento de la prótesis hacia la zona de la axila.
Como podrás comprobar las posibilidades a la hora de situar la cicatriz en el aumento de pecho son varias.
En nuestra clínica asesoramos personalmente a la paciente para valorar cuál puede ser la mejor alternativa y conseguir el resultado que esperaba. ¿Tienes dudas? Consulta.
