En el anterior post, habíamos dejado a nuestra paciente perfectamente anestesiada y relajada.
Desde la entrada al quirófano hasta ese momento de sueño anestésico, la idea de todo el equipo ha sido tranquilizar y hacer lo posible para que la paciente no se sienta en un medio extraño y se encuentre protegida y rodeada de profesionales que intentan ayudarla para que todo salga bien.
Es un pequeño trance, pero realmente lo que toma tiempo son los preparativos, la anestesia en sí misma es cuestión de un par de minutos, en los que la paciente queda dormida de forma plácida y relajada; muchas veces los anestesistas aconsejan en el momento antes de dormir a las pacientes, que piensen en algo agradable, como un “viaje al Caribe”; con ello el sueño puede resultar más placentero.
Ahora es el momento de comenzar los preparativos para la cirugía. En primer lugar se desinfecta la piel de la zona del campo quirúrgico. Esto se suele realizar con betadine acuoso o con clorhexidina al 0,5 % acuosa. A continuación se colocan los paños estériles que delimitarán la zona operatoria y la mantendrán en condiciones lo más asépticas posible.
Con el campo preparado, comienza la cirugía en sí misma; en primer lugar hay que realizar una incisión en el surco de la mama o bien en la zona areolar inferior. Para evitar el sangrado, en quirófano, se utiliza el electrocauterio, que permite coagular los pequeños vasitos sanguíneos haciendo exangüe el campo.
A continuación se progresa fabricando un bolsillo por debajo de la glándula o del pectoral mayor, donde albergar al implante. Hay que ir despegando los tejidos y evitando el sangrado de los mismos.
Una vez realizado un bolsillo de las dimensiones adecuadas se suele realizar una prueba de implante. Se toma un implante estéril del volumen escogido y se introduce para comprobar si hemos escogido el volumen apropiado. Si es así, se extrae el implante de prueba, se repasa la hemostasia, se introduce un mezcla de antibióticos como prevención de las posibles infecciones y se coloca el implante definitivo.
Finalmente se cierre la herida y se colocan un apósito estéril y un vendaje elástico y cruzado. En los casos en los que la cirugía ha sido algo más sangrante de los habitual o porque las circunstancias lo requieran, pueden colocarse drenajes aspirativos que irán conectados a una botella con vacío para aspirar la sangre que puede ir acumulándose en la cavidad.
Es el momento del despertar; este es el momento que todas las pacientes temen pensando en: ¿y si no despierto de la anestesia?. Esta cuestión es simplemente un absurdo en medicina, porque la anestesia es provocada por unos fármacos y una vez retirados, los pacientes no pueden seguir durmiendo, se despertarían aunque no quisiéramos. Pero es humano tener estos miedos irracionales, por lo que la entrevista preoperatoria es muy importante de cara a explicar estos detalles y quitar miedo a la anestesia.
A los cirujanos nos gustan los despertares suaves y dulces, como el despertar de una siesta. Esto hace que el paso del sueño a la vigilia sea suave y que las constantes vitales no se alteren. Es importante en muchas cirugías puesto que un despertar brusco puede producir un incremento en la presión sanguínea que podría ser perjudicial de cara a favorecer el sangrado de las heridas quirúrgicas. En esto andamos siempre peleando con los anestesistas.
Una vez la paciente está despierta, es decir, muestra signos clínicos de que está despierta (respira por sí misma, tiene tomo muscular, relaja las pupilas, intenta escupir el tubo traqueal, etc), el anestesista procede a la extubación, es decir, a la retirada del tubo traqueal y al control mediante monitorización, en la sala de despertar.
En esta sala, se procurará que la paciente entre en calor, tenga una analgesia adecuada, se le controlará su presión arterial, pulso, saturación de oxígeno en sangre, etc., hasta que la enfermera encargada de su vigilancia comunique al anestesista que la paciente se encuentra estable y con un buen control del dolor postoperatorio. En ese momento la paciente puede ser subida a planta para descansar en su habitación.
