Como ya se ha dicho antes, el abanico es muy amplio, y abarca gran cantidad y tipos distintos de combinaciones de ácidos, capaces de abordar cada uno de los problemas presentes en la piel.
Desde los más inespecíficos, que tienen la función de regeneración epidérmica completa y que dan como resultado un aumento de la luminosidad epidérmica, hasta los más específicos, pensados para problemas muy puntuales como son los melasmas, las marcas cicatriciales de acné, la rosácea, etc.
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