Además, se ha ampliado el margen de seguridad de los mismos, para la tranquilidad del propio paciente como del profesional médico.
En los primeros peelings químicos faciales se hacía necesaria su neutralización con sustancias químicas específicas pasado cierto tiempo desde su aplicación, y con muy poco margen de error, mientras que casi el 100% de los que se utilizan en la actualidad se neutralizan directamente con la aplicación abundante de agua.
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