A muchas mujeres bien por cuestión estética o mera razón personal, les gustaría conseguir un aumento de senos natural y favorecedor. ¿Quieres saber cómo puedes conseguirlo?
Pues bien, los implantes mamarios llevan utilizándose en cirugía plástica más de 30 años pero no siempre han sido la mejor solución en determinados tipos de mamas.
El autoinjerto de grasa, es decir, utilizar la grasa propia para remodelar determinadas zonas ha sufrido en los útimos años un auténtico redescrubrimiento, tratando de ser empleado en cualquiera de los procedimientos quirúrgicos que en cirugía plástica llevamos a cabo.
El aumento de senos natural se consigue con la combinación de los dos métodos
- Permite obtener simetrías más perfectas que las que podríamos obtener con solo los implantes. La grasa remodela las pequeñas imperfecciones que los implantes por si solos no son capaces de mejorar. Hablamos de rellenos del polo superior en mamas con muy poco tejido glandular, o en rellenos de la zona del escote en pacientes muy delgadas donde los implantes no acaban de llegar bien.
- El aumento de senos natural permite mejorar el típico aspecto de reepling (olas) que los implantes producen en la zona del escote; el injerto de grasa en esa zona aporta un tejido blando y suave que camufla la prótesis y evita sus indeseables arrugas en esa zona de piel fina.
Los beneficios de combinar ambas técnicas son considerables
Si todavía no lo tienes claro, presta atención a las siguientes ventajas frente a utilizar una técnica quirúrgica aislada.
- No incrementa el tiempo quirúrgico excesivamente puesto que la extracción de la grasa y su infiltración no deben demorar más de 30 minutos el acto operatorio.
- Permite remodelar zonas del cuerpo como los michelines de la espalda o los flancos o la cara interna de los muslos al mismo tiempo que realizamos el aumento mamario; esto es especialmente interesante en mujeres que buscan un aumento mamario después de sus embarazos y lactancias, ya que han ocasionado el vaciamiento de sus pechos pero al mismo tiempo han provocado acúmulos grasos excesivos en esas zonas.
- La grasa aporta un aspecto más natural al resultado global ya que suaviza los contornos, aumenta la cobertura del implante y proporciona una consistencia blanda y natural al tacto. La prótesis aparece más recubierta por tejidos naturales y en ocasiones posibilita el no tener que realizar un implante subpectoral con la consiguiente incomodidad de mama dinámica, y poder realizar un implante subfascial menos invasivo.
- También parece que mejora los índices de contractura capsular; la grasa evita que las cápsulas que se generan alrededor de los implantes sean gruesas y duras, lo que redunda en una disminución muy importante de la principal complicación con el uso de implantes mamarios.
- En las mamas muy asimétricas y en las mamas tuberosas, los injertos de grasa han permitido obtener resultados muy buenos en el aumento de senos natural, sin tener que realizar cirugías muy agresivas con la glándula. Los implantes por sí solos nunca han podido conseguir resultados perfectos en este tipo de alteraciones.
- La grasa una vez injertada se comporta como un tejido natural en el cuerpo y sufre los mismos cambios de aumento y descenso con los cambios de peso. Puede ser un recurso en casos de retirada definitiva de los implantes en mujeres que después de muchos años de llevar una prótesis deciden retirarlas definitivamente. El injerto les aportará algo de volumen y un resultado estable con sus variaciones de peso.
Cualquier duda más, sobre cómo conseguir un aumento de senos natural y satisfactorios, consúltenos ahora.